En primer lugar, los siete meses que Parte del Aire lleva al aire, valga la redundancia, han demostrado notorios progresos en la locución, en la realización de las piezas (entrevistas, informes, efemérides, artísticas), en la musicalización, en la producción, y en el planteo de un nuevo esquema, una nueva organización más eficiente y dinámica o, por lo menos, más desestructurada.
Esto deja bien claro que la idea original de aprender a hacer radio “haciendo radio” dio sus frutos, y que la práctica -algo ausente a lo largo de la carrera- ocupa un espacio fundamental en nuestro aprendizaje académico. Con todo esto no quiero cometer el error ingenuo de afirmar que no hay cosas por mejorar. Todo lo contrario: el camino recorrido demuestra que todo se puede ir optimizando a medida que pasa el tiempo y que se experimentan tanto logros como problemas en la realización de las piezas y en la labor de puesta al aire.
También, atendiendo a la sugestión y la necesaria empatía para con el oyente, creo que quedó demostrado que los programas grabados le quitaban a Parte del Aire la frescura y el dinamismo que sí tuvieron hasta acá los que salieron en vivo, y aún más aquellos en los que la entrevista no fue grabada y editada previamente.
Por otra parte, los contenidos siempre me parecieron completos y pertinentes para el perfil del programa y del receptor del medio en el cual se encuentra inmerso. Cualquiera es una radio comunitaria e independiente alejada en su planteo de las comerciales; en este sentido, ofrece un espacio a ser ocupado por gran variedad de voces, por cualquiera, por todo tipo de programas (incluso un magazín, como Parte del Aire) -siempre que presenten un elemento de la clase de aporte cultural que se encuentra bastante ausente en las grandes emisoras-. El programa cumple con este requisito debido a la diversidad y libertad de los temas que se tratan y principalmente por la inclusión de
Programa del lunes 2 de noviembre de 2009
Atendiendo a su alcance regional, el contenido de la entrevista dio cuenta de una publicación paranaense (revista
En líneas generales, los tres locutores, sueltos y dinámicos, se mostraron informados sobre los contenidos de la programación e hicieron comentarios oportunos al respecto, tanto antes como después de cada pieza. En algunas ocasiones, tal vez por la reciente inclusión de un tercer locutor, las voces se pisaban, lo cual puede asociarse, a veces, con el ruido, y otras, con el necesario clima de naturalidad o espontaneidad en radio. La alusión al tema fútbol, como en muchos programas anteriores, estuvo bastante presente en el programa del 2 de noviembre; no sé si esto resulta o no interesante para el oyente, creo que depende de la subjetividad y los gustos de cada receptor. En lo particular, los comentarios al respecto no me molestaron en lo más mínimo, sino que me resultaron simpáticos.
También en general, no hubo clara percepción de problemas técnicos ni desprolijidades en la estructura durante la escucha.
La calidad de las piezas es notoriamente más acertada que en emisiones anteriores; sin embargo, en varias oportunidades la locución monótona seguramente les quitó la atención del radioescucha. Además, el lenguaje radiofónico se notó algo descuidado en alguna de ellas.
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